Según la última encuesta de salud oral en España en niños de 5 a 6 años existe una prevalencia de caries de un 31’5% así como un 25% de caries no tratadas
La caries es una enfermedad, la más frecuente en niños, de causa bacteriana. Al ser de origen bacteriano existe un riesgo de transmisión vertical, es decir de padres/cuidadores al niño, es importante que los padres y cuidadores tengan una buena salud oral, y evitar soplar en la comida del bebé, probar la comida con la misma cuchara que va a usar, limpiar el chupete metiéndoselo el adulto en la boca, besos en los labios…
La caries es una enfermedad multifactorial (dieta, higiene oral, tipo de flora bucal…) pero es una enfermedad azúcar dependiente, significa que si no hay azúcar no hay caries, hay que controlar el consumo de azúcar de nuestros hijos, sobre todo la frecuencia, a «nivel dental» no es tan importante la cantidad que se consume de una vez como las veces al día que se hace, tener en cuenta los azúcares ocultos, ej. salsas como ketchup y tomate frito, patatas fritas de bolsa, refrescos, bollería, pan de molde. Se considera alto riesgo de caries consumir más de 3/4 veces al día productos con azúcar.(Ej, colacao con la leche(1), pan de leche en el almuerzo(2), patatas de bolsa en el aperitivo (3)un Actimel de postre(4), un zumo natural para merendar(5), una onza de chocolate después de cenar(6), es muy fácil tener contacto con el azúcar cada vez que comemos…)
La propia naturaleza equilibra bastante el riesgo de caries, pero para dejarla actuar es muy importante que existan periodos en los que no comamos, deben existir espacios entre comidas entre 2 y 3 horas, por lo que el picoteo es muy perjudicial.
Tenemos un gran aliado contra la caries que es el flúor, con la pasta de dientes es suficiente, 2 veces al día. La pasta de dientes tiene que ser al menos de 1000 ppm de flúor, la pasta de adultos normal es 1450 ppm flúor, los niños pueden usar la pasta de adultos pero en una cantidad adecuada según la edad.
Las últimas recomendaciones son no enjuagarse con agua después del cepillado, sólo escupir para quedarnos con restos de pasta en los dientes y permitir que el flúor actúe, sobre todo en niños no recomendamos enjuagues bucales con colutorios ya que éstos contienen una cantidad inferior de flúor a la pasta y al usar el enjuague eliminamos la pasta dentífrica con flúor.
